Una empusa en mi camino

Los domingos invitan a pasear por la naturaleza más cercana, esa a la que no le damos mucha importancia ya que forma parte de nuestra cotidiana realidad. Pero es curioso como cada vez que ralentizas tu paso surgen sorpresas que hacen de tu paseo una auténtica clase de naturaleza avanzada.
Los primeros pasos, incluso antes de dejar atras las últimas casas de mi pueblo, estuvieron acompañados de la esbelta silueta de una pareja de águilas perdiceras, algo que me extrañó ya que estan en pleno periodo de incubación. Pero alli estaban, seguramente empujadas por el hambre habian decidido salir a buscar alimento.
Las flores de los alemndros se repartian a banda y banda del camino mientras ascendia por uno de los caminos que salen de Renau, dirección les Cabeces. Los viñedos todavía desnudos se declinaban ahora como posaderos idoneos para los verdecillos y los jilgueros. Un rastro me devolvió otra vez a la buena noticia que un buen amigo me había comentado dias antes, y es que los corzos ya se dejan ver por los campos en mosaico de este rincón del Tarragonés.
Más tarde y al contemplar una florida loma fruto de la floración de los tomillos, decidí tomar unas imágenes de estas minusculas flores, cuando de entre ellas surgió la figura mimética de una empusa, grácil y temblorosa. No me pude aguantar y le robé unas cuantas imágenes de su quehacer diario. Aqui os dejo uno de esos momentos de vida cercana.