Durante muchos años de sobreexplotación de los recursos del planeta o mejor dicho del expolio sistemático y no controlado de todo aquello a lo que el hombre le ha encontrado una utilizada o un beneficio económico, ha provocado una situación extrema. Ahora nos enfrentamos ante un panorama en el que muchos de estos recursos se agotan y que como consecuencia de su uso han empeorado las condiciones de la tierra y no solamente a nivel climático, si no que muchas de las acciones del hombre han perjudicado seriamente al resto de seres vivos que comparten con nosotros este único lugar que reconocemos como nuestro planeta.
Para incrementar esta problemática en la que se nos ha hecho pequeño el mundo, se han creado una serie de intereses económicos que influyen negativamente en el bienestar de millones de personas que se ven arrastradas la pobreza o que ni si quiera han podido salir de ella, ya que su país se ve sumergido en una crisis crónica que no permite la creación de un estado capaz de ofrecer a sus ciudadanos la oportunidad para salir adelante. La bolsa, la especulación, el expolio del planeta y los desequilibrios sociales nos enfrentan a una situación en la que cada vez se ve más claro que es necesario un cambio. Un giro que reconduzca la situación, donde millones de personas se ven agredidas día a día por una serie de multinacionales que controlan hasta la política de estado. Es el momento de comenzar a pensar en una revolución que implique el equilibrio entre las necesidades de las personas y del planeta que lo sustenta. Durante estos días estamos asistiendo a una serie de hechos que nos clarifican aún más la necesidad de cambio, las manifestaciones se suceden, la pobreza de muchos es el enriquecimiento de unos cuantos que a nuestros ojos no solamente se lucran del mal ajeno si no que además se ríen del mundo que están creando.
Las profecías de los mayas que nos indican un fin de era importante para el año 2012, puede ser cierta, pero no en el sentido de fin del mundo, si no en el deseado y cada vez más urgente cambio social que nos arrastre hacia un mundo más justo y equitativo. Es necesaria una revolución a escala planetaria para que de una vez salgamos de este círculo vicioso de aparcelamiento de la tierra, de poderes en la sombra o de manipulación informativa.
En nuestro entorno más próximo podemos encontrar cientos de ejemplos de personas luchadoras que han trabajado durante toda su vida para poder tener un mínimo de estabilidad y calidad de vida, y que ahora se han visto marginados por un sistema que no les tiene en cuenta, que se ríe de ellos y lo que es peor que se beneficia de su situación.
Ante el paso del tiempo que teóricamente nos ha proporcionado un mejor bienestar gracias al desarrollo tecnológico y cultural nos encontramos una sociedad desinformada y con un nivel cultural que deja mucho que desear, alimentado por un ambiente egoísta que antepone los intereses económicos por encima de los humanos y que nos convierte una vez más en meros espectadores de un sistema que no nos tiene en cuenta.
Que a la mayor parte de la población española les importe más la nariz de Belen Esteban o lo que ha hecho su equipo de futbol es un claro ejemplo de la dirección a la que nos arrastra el modelo económico y social en el que estamos inmersos. La conciencia social ha desparecido y con ella los valores que conducían a las personas a luchar por unos ideales más justos y solidarios.
Uno de los problemas más acuciantes es la falta de representatividad dentro de la familia política establecida, muchos de nosotros nos sentimos apartados incluso del supuesto sistema democrático que tenemos al no sentirnos representados por ninguno de los partidos existentes. La derecha (ahora centro) esta inmersa en este mundo que ha ellos les gusta y los supuestos partidos de izquierda se han visto anclados en una serie de mensajes pasados que han olvidado por completo las bases sociales obreras y sus problemáticas actuales.
Esto debe comenzar a cambiar y las alianzas en pos de un mundo mejor se deben materializar para comenzar la revolución contra un sistema que no para de ahogarnos y que esta controlado por unos cuantos pocos. A por ellos, comienza la revolución.
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